Este 13 de Noviembre se casan mis amigos Nelly y Josabed, pensando en ellos estuve en búsqueda de un artículo, experiencias, consejos, reglas, etc., para llevar una vida matrimonial duradera. Pero no halle más que argumentos que todos sabemos como; fidelidad, comprensión, tolerancia, respeto, etc., que son ingredientes fundamentales de una relación. En búsqueda de ello encontré un libro en mi casa algo maltratado y empolvado por desuso. Recuerdo que mi felizmente casada prima María Luisa, digo felizmente casa por la palabra feliz, ya que lleva buenos años casada con 3 encantadores hijos y muy feliz, Ella leía un libro llamado “El amor que nunca se apaga” del Dr. Ed. Wheat, donde menciona el cómo enamorase, permanecer enamorado y lograr que el matrimonio sea una aventura amorosa.
Entre lectura y lectura halle una Receta para una vida matrimonial esplendida del este libro “El amor que nunca se apaga”, Consta de solamente cuatro pasos: bendecir, edificar, compartir, y el toque físico. Estos no son pasos que no hay que dar uno por uno, sino cuatro medidas que hay que poner en práctica simultáneamente y contantemente.
1.- Bendecir.- Tal vez nunca pensó en que bendecir es un elemento practico para hacerlo parte del matrimonio. Se debe bendecir al conyugue y a su matrimonio de cuatro maneras: (1) con las palabras buenas y amorosas que le exprese; (2) por medio de su conducta practica, que muestre una bondad amorosa en acciones grandes o pequeñas; (3) comunicando su actitud de agradecimiento y aprecio; (4) presentándolo a Dios en su bendición en su plenitud.
Bendiga y no maldiga al que le está causando dificultades, muéstrele comprensión a su cónyuge, viva en armonía, no piense que usted es mejor que su cónyuge, no actué con orgullo, ni con presunción, no pague mal por mal, haga su parte para vivir en paz en su vida matrimonial, nunca se vengue, haga constantemente lo bueno para su cónyuge, no sea vencido a lo malo más bien venza con el bien el mal.
2.- Edificar.- Elizabeth Barrett Browning expresó este principio de la edificación en unas pocas y sucintas palabras, cuando le escribió al hombre con el cual se casaría; “Haz tu amor mas grande para que aumente mi valor”. Cuando hablamos de edificar, nos referimos a un amor expandido que se expresa en formas positivas y que aumenta la estima personal que de sí tenga el ser amado. Este es un gran don que se puede darle a su cónyuge.
La palabra edificar viene del latín aedes, que originalmente significo un fogón o chimenea. La chimenea tiene asociaciones emocionales para la mayoría de las demás personas, pues representa un calor acogedor, una unión amorosa y, tal vez, una tranquilidad, el único lugar de calor y luz en el hogar, y el lugar donde diariamente se prepara el pan.
Ciertamente, era un lugar al cual las personas se acercaban para reunirse, y allí eran confortadas y sostenidas en medio de la dureza de la realidad de la vida.
Tanto el esposo como la esposa tienen la tremenda necesidad de recibir ánimo con palabras, la atención concentrada, el contacto visual y el toque amoroso que los mantengan vivos y en crecimiento como individuos confiados.
Una manera de edificar es tomando la decisión irrevocable de no volver a criticar nunca a su conyugue, ni en palabra, ni en pensamiento, ni en obra. Esto pudiera parecer imposible, pero no lo es. Simplemente es una decisión respaldada por la acción, hasta que se convierte en un hábito que usted no cambiara aunque pudiera.
3.- Compartir.- El compartir demanda que dé de sí mismo, que oiga a su cónyuge, y que en la vida conyugal, se les desarrolle una conciencia sensible de los momentos que ofrecen posibilidades para profundizar el amor mutuo.
Imagínese esto, como si fuera un venturoso viaje en que los dos van a hacer descubrimientos, pues cada uno descubrirá un territorio nuevo e interesante en el oro a través de la experiencia de compartir con éxito a niveles más profundos.
El compartir debe tocar todos los aspectos de la vida: tiempo, actividades, intereses y preocupaciones, ideas y pensamientos íntimos, andanza espiritual, objetivos y metas familiares, etc.
4.- El toque físico.- Un tierno toque nos dice que alguien se preocupa por nosotros. Puede calmar nuestros temores, suavizar el dolor, confortarnos. Puede calmar nuestros temores, suavizar el dolor, confortarnos, o darnos la bendita satisfacción de la seguridad emocional.
Como adultos, la aplicación del toque continua siendo el medio principal de comunicación con nuestros seres amados, bien estemos conscientes de ello o no. Nuestra necesidad de que se nos aplique el toque cariñoso es normal y saludable, y nunc estaremos demasiados viejos para ello.
Cuando uno se enamora antes del matrimonio, los jóvenes casi no pueden permanecer separados. ¡La Mayoría de las parejas casadas han olvidado cuán agradable es la cercanía física! Así que, aparten ratos por la noche (por lo menos una vez por semana) para practicar y aprender los deleites de la caricia corporal no sexual. Diga cada uno al otro donde le gusta que lo toque el cónyuge y que clase de toque le agrada.
Si estas recetas practicadas les fueron provechosas a varios matrimonios porque no intentarlo.
Muchas bendiciones y felicidades Josabed y Nelly los quiero mucho.